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Un día aprendí...

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U n día aprendí que se puede amar desde la distancia, solo con tus pensamientos y los recuerdos. Un día aprendí que la fortaleza puede estar detrás de una sonrisa, de una lágrima y de un beso. Un día aprendí que la persona que más ha influido en ti, no es la que era, sino la que no está. Un día aprendí que el partir de una persona no se supera nunca, pero que se aprende a vivir con ello. Un día aprendí que mi madre me enseñó más cosas de la vida de lo que yo pensaba. Mi madre, esa mujer que llevó su destino con dignidad y grandeza, un destino predispuesto de antemano, como ama de casa, esposa y madre, que en su momento yo no valoré, lo rechazaba desde mi interior más feminista, pero que ahora, comprendo y elogio en toda su expansión. Quizá no supe entender todo lo que eso implicaba, ni la extensión que abarcaba; quizás mi corazón rebelde, joven y arrojador no quería entender otros destinos distintos de los que soñaba, anhelaba y ensalzaba.  Mi imagen de la mujer ideal era esa que es ad

Construyendo un mañana

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D esde pequeños nos enseñan a construirnos una vida para que el mañana sea mejor...dejamos para ese futuro el logro de nuestros objetivos, celebraciones, el trabajo de tus sueños, el hombre de tus sueños...todo, lo imaginas en un futuro... "el mañana será mejor". Esto no quiere decir que no disfrutes de cada momento de tu vida, aunque sean de estrés y verdadera locura, porque cuando llegas a casa, te sientas y piensas "hoy he sabido sobrellevar una tormenta". Te sientes orgullosa y satisfecha por el trabajo bien hecho y es una manera de disfrutar tu vida. Cuando voy a ver aves, me maravillo por el paisaje, por los pájaros, por los animales que descubrimos...disfruto como una enana y me doy cuenta que ese es el mañana que quería, el que siempre había soñado. Sin embargo, te llega un día y te dicen... "tienes un tumor"... irremediablemente, después de aguantar el tipo estoicamente delante de la doctora, te viene el bajón. Lo primero qu

Cambios que te ayudan a crecer

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N ada como un revés en tu día a día para darte cuenta de que todo lo que hacías habitualmente eran pequeñas batallas superadas. Es lo que me ha pasado desde que me rompí la muñeca. El simple hecho de ir al baño, peinarte, vestirte o comer hace que los primeros días, y semanas también, sudes lo indecible y más cuando una se empeña en que puede hacerlo sola. Y si ya hablamos de abrir botes o botellas, abrir un paquete de patatas, o pelar un plátano, el esfuerzo te hace preguntarte cómo han logrado manejarse aquellas personas que tienen un solo brazo. Por propia experiencia sé que todos los terapeutas de las personas discapacitadas tienen como meta procurar que adquieran la máxima autonomía y cuando me ha tocado de lleno, he entendido aún mejor la paciencia y el tesón que deben de tener para no desistir en sus enseñanzas, pero también he comprendido aún mejor que esas mismas personas no solo tienen esas mismas cualidades sino además han de tener una gran confianza en sí mismos

Batallas descomunales

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L as entrañas sufren cuando se reprochan a sí mismas cuán estúpidas fueron, cuán desatinadas y cuán dislocadas se comportaron. Nadie mejor que ellas saben lo que pasó por todo tu cuerpo y por toda tu mente. Una y otra vez juraron y perjuraron que no volvería a caer, y sin embargo nada pudo impedir una y otra vez, caer y recaer, empujadas por los brotes de sentimientos surgidos por cada roce, por cada caricia y por cada beso. La distancia hacía renacer la sensatez y la cordura, los reproches y la conciencia, batallas descomunales e interminables se debatían internamente camufladas por sonrisas diarias, por documentos redactados y por órdenes laborales. Si es verdad que el tiempo todo lo borra, debería haberse desdibujado mis batallas neuronales, mis argumentos racionales y mis sentidos pasionales, y sin embargo, basta un sólo minuto que los recuerde para que surjan de nuevo todas las sensaciones de aquellos momentos, de mis discusiones ancestrales y de mis delirios agónicos

Viaje espacial

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A legría pausada y con melancólica mirada, vagabundeas por las calles mientras las hojas luchan contra el viento para no salir volando y que las lleve a un lugar lejos de sus raíces. Las miras y piensas lo frágiles que son...solo un pequeño palito las une a su esencia y savia, y sin embargo, luchan cual fiero león ante su peor enemigo. A veces el estar tanto tiempo resistiéndose a fuerzas inmedibles, que ablandan corazones y almas, es demasiado agotador. A veces es mejor dejar de luchar y dejarse llevar... quizás te espera un viaje espacial a otra dimensión, inigualable a algo terrenal donde todo cobra un prisma bello y pasional. Quizás sea el viaje de tu vida o quizás sea la vivencia más aterradora que vayas a vivir, pero en cualquier caso, no deja de ser una vivencia tuya... única e irrepetible. Las vivencias es lo que nos tienen en pie, lo que nos hace ser lo que somos, es nuestro sello terrenal. Quizás seas egoísta y no quieras compartir las vivencias con nad

No huyo, solo vuelo

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C omo buena amante del cine, soy de las que se meten en las vidas de los personajes, sufro, río, salto, grito, paso miedo y lloro de risa. Yo le llamo ser excesivamente empática con el cine. Y hace muy poco, una película en concreto me ha llegado el alma... La Familia Bélier. Similitudes con el personaje, ninguno, salvando que siempre me sentí como un pequeño bicho raro igual que la protagonista. Siempre sentí que mis cualidades personales me hacían diferente, pero no en sentido de inferioridad, sino de manera especial y por eso no encaja en casi ningún sitio...simplemente porque no me identificaba con ninguno de los grupos que me rodeaban. Con el tiempo, me he "dulcificado", es decir, mis cualidades están un poco más enmascaradas pero siguen ahí, sólo las muestro a quienes realmente les importo...ya no siento la necesidad de tener que demostrarlas para que supieran qué "grande" era... simplemente, ahora, me acepto como soy, disfruto con ello en mi inti

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Foto: ViryinGP C orazón sosegado, alma enrrabietada, no consigue comprender donde fue su interés. Le grita sin parar, ¿por qué dejaste  de buscar? Ninguna respuesta da, la respuesta callada es lo único del lugar. ¿Qué es lo que te pasa? El corazón sosegado, busca en su interior algo que le haga sentir, algo que le haga vibrar, con solo un resquicio como respuesta bastará. Mas busca y no haya, y sólo un consuelo le queda, pensar que sólo callado está.. No muerto, no aniquilado solo adormecido. Echa la vista atrás, contempla su fuego embravecido Foto: ViryinGP su pasión desbordante su mente fuera de combate. Sus acciones anuladas, su cordura desplazada, solo el fuego dominaba y su razón doblegaba. Todo tiene su momento todo tiene su lugar el fuego que todo dominó ahora en segundo plano quedó, la paz, el sosiego y la armonía son ahora su día a día. Mas no está triste, está feliz, a veces la melancolía asoma, pero sin rencor, sin reprochar,